El ansiado verano ya está aquí e irremediablemente nuestra cabeza se transporta a todos esos lugares que nos mantienen en remojo para así hacer más llevadero los momentos de calor. ¿A quién no le gusta echar una estupenda tarde con los pies en remojo de una piscina? Lo que para nosotros puede ser algo totalmente normal, para otras personas sin embargo, las piscinas pueden ser toda una barrera arquitectónica. Y justo de este tema hemos venido a hablaros hoy.
Las piscinas suelen ser unos entornos que normalmente no se han pensado / adaptado para personas con movilidad reducida, por lo que el poder disfrutar de un baño, nadar o hacer deporte puede ser una tarea totalmente imposible.
Hoy queremos ahondar sobre este tema con el único fin de esclarecer cuáles serían las medidas que se podrían adoptar para hacer accesible un entorno como éste. ¿Nos acompañas?
2. Adecuación de piscinas
Lo primero que nos preguntamos es: ¿estamos obligados a adaptar la piscina para el uso de personas de movilidad reducida? Si estamos hablando de una piscina comunitaria, la respuesta sería un rotundo sí.
La responsabilidad de ello quedará en mano de todos los propietarios, por lo cual debe existir el compromiso de dar accesibilidad a estas piscinas de carácter comunitario para que no exista ninguna situación de discriminación por discapacidad, así como hacerse cargo económicamente de esta reforma.
Para que una piscina sea accesible, podremos aplicar distintas soluciones que aseguren que el entorno sea totalmente seguro para el usuario que tiene problemas para acceder a ella:
A. Rampas de entrada
A priori puede ser una solución evidente, pero también hay que tener en cuenta que esta solución puede elevar los costes de la misma. En muchos casos puede resultar inviable.
Si elegimos esta opción deberemos tener en cuenta una serie de indicaciones para que se realice la obra correctamente. Por ejemplo, el entorno de la piscina deberá tener un revestimiento del pavimento antideslizante, una anchura libre al margen de la piscina así como una zona de entrada y salida, etc..
B. Silla elevadora.
Esta solución es la más fácil y menos costosa de aplicar, además de que elimina por completo la barrera arquitectónica que podemos encontrar en el acceso a piscinas.
Teniendo en cuenta las dos opciones planteadas, en el caso de la segunda, nosotros desde General Elevadores contamos con nuestra Silla Elevadora Acua que cumple con los más altos estándares de seguridad e higiene, libre de elementos contaminantes y cuenta con una capacidad de hasta 150kg.
Por otro lado, una de las ventajas que nos ofrece esta alternativa es que cuenta con una fácil adaptación a todo tipo de piscinas. El ángulo de giro es de 170º en el sentido de las agujas del reloj, ofreciendo la máxima estabilidad y firmeza.
Para más información acerca de nuestra Silla Elevadora Acua, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.